La demanda de energía está creciendo en muchos países del mundo, a medida que las personas se vuelven más ricas y las poblaciones aumentan.
Si este aumento en la demanda no se compensa con mejoras en la eficiencia energética en otros lugares, nuestro consumo global de energía continuará creciendo año tras año. El creciente consumo de energía hace que el desafío de transformar nuestros sistemas energéticos, alejándolos de los combustibles fósiles hacia fuentes de energía de bajo carbono, sea más difícil: la nueva energía de bajo carbono debe satisfacer esta demanda adicional y tratar de desplazar a los combustibles fósiles existentes en la mezcla energética.